Como se imaginarán, a lo largo de mi vida he conocido especímenes de diferentes razas, colores, credos, costumbres y calañas.
Revolviendo papeles viejos, allá por el año 2000 recordé haberme topado con un nardo importante al cuál le envié en su momento, esta bella misiva:
Qué hacés Panettone? (pongámosle así para no mandarlo tanto al frente)
Te escribo porque, pará…, pará…, no me cortes…, no me cortes…!
Aaaaaaaaaaaay, Panettone…!!! Cuál fue la del teléfono el sábado…? Cómo me vas a cortar así y en el rostro de la cara?!
La verdad, es que me decepcionaste, no pensaba que al final, eras uno más del montón…
Yo te llamé sólo para saber si ibas a venir a comer o no, para no esperarte y arrancar para otro lado.
Ahhhhhhhhh!!! No sabés la cena que te perdiste y lo mejor de todo, el postre que tenía preparado para vos, y bue, que va a hacer.
Ahora hablando en serio, me parece que te confundiste un poco conmigo. El mismo día que quedaste que me ibas a llamar para venir a cenar, yo por vos, suspendí mi primera clase nocturna de danza cosaca sobre hielo, no me llamaste y me cagaaaaaaaaaaaaste!
Encima en la tele, daban un especial de Blanca Cotta y yo lo quería ver con vos como brochette de oro de la cena, y que pasó? Me doblemente cagaaaaaaaaste!
Pero por suerte, las chicas me invitaron a una charla de Queque Pezoa de Bordado Irlandés Campestre y la pasamos BOMBA! Y así descubrí mi verdadera vocación… TODO GRACIAS A VOS, CAMPEÓN! GRACIAS POR SER COMO SOS!
Igual no te guardo rencor, porque en esa noche de locura y en tu honor, hice un tapiz en que dice: EL QUE SE QUEMA CON LECHE VIOLETA, VE A LA VACA DE MILKA Y LLORA.
Por eso te escribo y no te llamo ya que realmente me sorprendió lo que hiciste de cortarme el teléfono y enchufarme el contestador… que se yo! Me parece más fácil decir las cosas de frente y listo, iba a estar todo bien igual…
Así que, Sr. Contador, sepa Ud., que no todas las minas somos iguales, y es claro, no se dio tiempo Usted para descubrir que además de las clásicas tilingas, estamos las raras “chapitas”, las que apenas nos hacemos cargo de lo que nos hace sentir bien, y como soy chapa pero no como vidrio, me di cuenta que la capacidad de distinguir la diferencia entre unas y otras no es precisamente su fuerte, así que, menos matricularse de contador y más tesis de psicología! (va con onda!) Le queda claro Panettone?
Al no recibir respuesta, y para no quedarme sin escuchar su mordaz comentario al respecto, lo llamé al otro día y éste me contó que la carta la había abierto por “error” su jefe y que lo había bardeado a más no poder… y bue, de tal flor de jefe tal nardo…
En el Trabajo CXCI
Hace 6 años